jueves, 22 de diciembre de 2016

"Operación masacre": crónica inconclusa

1.    LAS PERSONAS

ANSELMO: Selmo, el Rojo, se había resistido en un principio a la lectura de ese mes ya que no le entrañaba ninguna novedad. Ya lo había leído y releído, y discutido una y otra vez consigo mismo. Sin embargo el sábado de tormenta no pudo evitar un rapto de éxtasis literario y se alzó en medio del círculo de sillas, libro en mano y espetó, cual adalid de las masas lectoras, la increíble capacidad literaria del autor que nos convocaba. No se dio cuenta hasta que terminó de leer el fragmento que lo había vuelto a cautivar, que había logrado compartir su arrebato al resto y que escuchaban su voz severa y profunda asintiendo a cada oración. No sería la única vez en esa tarde que tomara la voz cantante e iniciara el debate. Respondió enérgicamente y como con un cacheteo de realidad ante la afirmación de Daniel de que la justicia no existe, que en realidad sí existe, pero solo para los ricos porque son quienes hacen las leyes. Y que la paranoia que nos domina al resto de los desclasados de esa elite es producto de esa sensación de amenaza constante, todo el tiempo estamos al borde de perder nuestra libertad por cualquier cosa, por caminar por la calle, por ser nosotros y no ellos. Más adelante sería quien planteara la pregunta incómoda ante el relato de una experiencia personal contada por Pato: “A los chicos que piden plata en las calles, a esa nena en particular de la que habla Pato, ¿hay que darle plata?”

POL: Pol, vocero oficial del Perro Feroz escuchaba, sopesaba los comentarios del resto, cavilaba, observaba serio, muy serio. Tardó un largo rato en intervenir, habló pausadamente, eligiendo las palabras, desatando toda una red de asociaciones con ideólogos sin nombrarlos. Por ahí se le deslizó un “Marx” o un “Weber”, pero sobre todo remarcó la omnipresencia del “coraje civil” en el libro de Walsh, algo que Alicia había mencionado al pasar anteriormente. Reivindicó el valor de este periodista que se animó a denunciar al estado que tiene el monopolio de la fuerza legitimada, un hombre que apenas con sus escritos demandó al estado que fusiló gente. Después de su intervención, Pol volvió a su estado caviloso, escuchaba, reflexionaba y sopesaba. Pero cuando intervino nuevamente no pudo dejar de reivindicar que el “coraje civil” no es exclusivo del escritor, que hay otros en esa historia que son como él, que no se trata de un Quijote contra los Molinos, sino de varios, aunque sea pocos que enfrentan la injusticia. Las enfermeras que asistieron a Livraga en el Hospital San Martín lo protegieron, le guardaron las pruebas, se jugaron. De la misma manera que el juez Hueyo que indagó, descubrió y reveló las inconsistencias de los asesinos, los incomodó, los inquirió, quiso saber y hacer justicia en un momento en el que la justicia parecía solo posible en un relato de ficción. O la masa de curiosos desarrapados que apedreó el auto de una mujer que esbozó un “hay que matarlos a todos” frente a la escena del crimen, con los cuerpos aún tibios y el olor a pólvora surcando el aire.  Horada el libro y encuentra, en ese muro casi de los lamentos, un resquicio de esperanza en aquellos que se envalentonan y se juegan por lo que creen.



ALICIA: Imposible dejar de pensar a Ana, Ali y Pepi como madres. Sobre todo porque esa maternidad se les filtraba por los poros, porque cuando hablaban de su hijos o a sus hijos se les desbordaba en los gestos, en la voz, en la percepción del mundo. Ante el debate por la anécdota de Patricio con la nena, disentía con Ana en su serenidad acalorada, defendió la maternidad, pero apuntó a las condiciones materiales en las que cada maternidad se lleva a cabo. ¿Cómo ser madre cuando una ni siquiera puede consigo misma? ¿Cómo emitir un juicio de valor acerca de la maternidad de una mujer que vive en una situación de extrema necesidad? Al mismo tiempo trajo la voz autorizada de Margarita Barrientos: “Falta madre”. Y no sólo ahí sino en todos lados. La experiencia docente lo confirma. Ahí encontró un puente con Ana.
Pero no fue solamente como madre que intervino, sino también como profesional de las letras- nos indicó que a Walsh le llevó 15 años completar (?) la investigación- y como mujer comprometida con la realidad presente y pasada. Se lamentaba por haberse pedido la presencia de Livraga en el país y en la conmemoración de los fusilados en el ex basural de José León Suárez. Observaba, sonreía cuando acordaba con quien hablaba. Permanecía reflexiva y en silencio cuando algo la interpelaba. Hablaba con voz suave y dulce, pero nada en su postura era débil o quebradizo.

PEPI: Con una edición casi prínceps de “Operación masacre”, perdiéndose en las referencias que nosotros, los supuestos “nóveles”, hacíamos de diferentes fragmentos de la historia, hasta que ubicaba casi jocosa la cita aludida, nos conectaba a los “imberbes” con el relato de los hechos. Pero no de aquellos lejanos del 56, sino de aquellos otros, no menos terribles (hay quien dice que peores) del 75 en adelante. Como una Rial de aquellos años, reveló amores y amoríos de nuestro autor, trajo la novela rosa en la tarde gris y en la noche oscura de esos años y de ese hombre que murió por una causa y por muchos amores. Nos recomendó lecturas, nos transportó sin escalas a todos con una sola frase en el debate acerca de la justicia entre Daniel y Anselmo. Frente a la sensación de inseguridad de hoy día, frente a la paranoia mentada por Selmo, la verdad irrecusable de aquellos años: “En el ‘76 éramos todos sospechosos. ESO era miedo”. Imposible agregar más palabras a las palabras, más profundidad que al terror que eriza la piel de solo percibirlo en una oración. Vivir inmerso en la paranoia, caminar con  la certeza de que algo podría pasarte, peor aún si estudiabas Letras. La cara tan serena y risueña se le transformaba en un rictus de dolor o en una sonrisa de complicidad cuando los muchachos del “Centro Nono Lizaso” contaban sus experiencias como Montos. Ella estuvo ahí y, tal vez, ya con su librito de “Operación masacre”.



ANA: Aguerrida como pocas, tomaba una y otra vez la palabra, no cejaba en la discusión cuando entendía que debía defender su punto de vista. Recordó, como Ali y Pepi, momentos post ‘75 que funcionan como espejo de aquellos que narra Walsh veinte años antes. Se apasionó por el compromiso del escritor, destacó lo gráfico de su relato, lo poderoso de sus palabras. Todo en ella parecía pura pasión. Se sentía indefectible e inexorablemente convocada al debate ante la anécdota de Pato. “La madre está usando su hija al mandarla a pedir”. Desató tempestades en el grupo con su afirmación. Pero a ella no le importaba, sostuvo su postura, la explicó, la argumentó. Se reía mucho de esta situación. Se emocionó. Suspiraba y asentía cuando le gustaba algo. Ana, pura pasión.

DANIEL: Todos sabemos que sin su intervención reguladora, el grupo perdería su organización. Intervenía, opinaba, reflexionaba, se involucraba y sobre todo, moderaba. Hizo que la charla retomara el hilo de la discusión literaria cuando se derivó por un largo rato por la anécdota de Pato. Fue inevitable que se filtrara su mirada médica. Una de las primeras veces que intervino señaló lo paradojal del personaje de Livraga, “el fusilado que vive”, un hombre destrozado físicamente sobre el que se construye, sin embargo, todo el relato.
Hubo un momento en el que se atajó, se separó de los que él consideraba con credenciales para hablar sobre literatura: “Solo voy a hablar de sensaciones, para lo otro están los filósofos y los especialistas en letras…”. Habló francamente de sus miedos, de su miedo a la muerte pero sobre todo de su miedo a que lo lleven preso injustamente porque insistía en que la justicia no existe, en que esta no evitó en el ‘56 que sucediera lo que sucedió con los fusilados de Suárez, pero actualmente tampoco evita las injusticias. Tal vez, pensaba, este miedo se conecte con una vivencia particular de hace algunos años. Caminaba de noche por Camargo y Serrano, lo interceptó un policía que lo cacheó, lo acusó de ser portador de anteojos -esto inevitablemente me hace pensar en “La fiesta del monstruo” de Borges y Bioy- lo rodearon incontables patrulleros, le “revisan las venas”. Nadie está exento de esta amenaza. Pepi recordó el verdadero miedo de la dictadura, Mario recalcó que ahora hay que volver a salir a la calle con DNI. Inevitablemente recordó lo que les pasó a los chicos de “La garganta poderosa”, víctimas de la violencia policial pocos días atrás.
Cuando la discusión fluyó a la actualidad, a esos nenes que piden y la responsabilidad o no de sus padres, él también moderó. Pero no para poner un punto final autoritario a la cuestión. Construyóe esa autoridad de punto final con la cita de la Convención de Derechos del Niño en la que se prohíbe el trabajo infantil, pero no contento con eso arrojó una acusación impersonal, pero que nos aguijoneó a todos y cada uno: “Ni qué hablar de darles plata, ya de solo verlos somos todos cómplices de ese delito.”



CAMILA: Llegó al grupo por primera vez entre tímida y curiosa. Escuchaba, asentía, nos (re)conocía y finalmente participó. Parecía que reía todo el tiempo con sus grandes ojos azules. Sus intervenciones fueron pocas, pero decisivas. Cuando se desató la discusión acerca de los alcances de la Ley Marcial y su relación con el Estado de sitio, ella zanjeó la cuestión con una cita reveladora. A partir de ahí ya no nos quedaron dudas. Es la menor del grupo, pero indudablemente eso no la apoca.

PATRICIO: A Pato lo lleva la música además de la medicina. Por eso no pudo evitar mencionar el tango que Gardel le compuso a Uriburu, cuando Nacho recuerda que Walsh fue en un principio antiperonista. ¿Se puede cuestionar al artista por su opinión política? Se situó en la época, la revivió, entendiendo que aquellos tiempos implicaban un compromiso impostergable, aunque no inflexible. Walsh cambió llevado por las ráfagas de su tiempo, hasta incluso en su opción por la toma de las armas. Minutos más tarde Pato trajo nuevamente otra figura histórica a la discusión; esta vez la del padre Mugica y su llamamiento a la lucha armada como ejemplo del pacto de los hombres de ese momento con el pueblo, con lo terrenal y lo inmediato. Con el llamado ineludible a la intervención en la realidad.
Pero fue también el que condujo el debate a la actualidad. Es la deriva por la que corre la pequeña grieta de la incomodidad. Narró su anécdota: alguien en un transporte público lo conminó  a no darle plata a una nena que mendigaba, él se resistió y puso su límite. Actuó en libertad. “Los nazis de hoy en día se sienten legitimados para hablar por la coyuntura”, tal como este hombre que le advirtió que esa nena no necesitaba la plata. Frente a estos fachos que avanzan, la firmeza de quienes como Pato se plantan y reafirman el discurso de los que no tienen voz.



NACHO: En su intento por comprender racionalmente el texto y sus derivaciones, se impresionaba por la investigación de Walsh, la acumulación magnífica de evidencias sobre el caso, su estilo simple y llevadero. Destacó, junto con Pol y Alicia el coraje del escritor que pudo denunciar al estado asesino. Hablaba pausadamente, tratando de hacerse entender, pero buscando también sentido en las frases al pronunciarlas. Intervenía, disentía, activaba y avivaba discusiones. Le gustaba hacerlo, se notaba. Leyó rastros anacrónicos del neoliberalismo en la economía de ese tiempo tal como la describió Walsh. Vio en esa mujer que deseaba la muerte a todos los peronistas desde un auto frente al descampado, el mismo odio de clase hacia los pobres que todavía hoy se ve por todas partes.
Ante la pregunta de cómo emitir un juicio de valor acerca de la maternidad/ paternidad en contextos de pobreza, va directo al grano: “Cuando estás atravesado por la miseria dejás de ser libre”.


2.    LOS HECHOS:
Este grupo de algo más que siete locos se citaron convenientemente un mes antes para discutir aquel sábado por la tarde la lectura del libro “Operación masacre” de Rodolfo Walsh. Al revisar las circunstancias de ese encuentro todo pareció algo fortuito. En principio el cambio de texto a último momento casi denostando al padre de las aulas argentinas, al origen de la literatura nacional, al gestor de la dicotomía que clasificó a la sociedad argentina y sigue teniendo vigencia para ubicar a los sectores políticos o sociales en el bando de los civilizados o los bárbaros. De Sarmiento a Walsh. Todo por un evento familiar. Luego la tímida proposición de Alicia del espacio: La Casa del Nono Lizaso. A medida que iba transcurriendo el mes otros gestos fueron abonando la magnitud que iba a cobrar finalmente la cita del 26 de noviembre. Un recorrido fotográfico de Ali y Pato por el barrio de los fusilados, documentos y testimonios que Selmo enviaba como por entregas al grupo, el paso a la inmortalidad de Fidel…
El tiempo no parecía ajeno a todas estas circunstancias. Al momento de la reunión se desató una tormenta caudalosa. Sin embargo al interior de la Casa del Nono se respiraban otros aires. El Sapo, Mario, Justo y los demás muchachos no solo nos mostraron las paredes de la historia, los retazos de graffitis y afiches que casi mágicamente trascendieron más de cuarenta años para llegar a  nosotros, sino que nos hicieron vivir la historia. La cotidianeidad de su compromiso y el de los que ya no están, pero que siguen presentes en esas fotos blanco y negro que cuelgan frente a la frase: “En una revolución se triunfa o se muere”.
Anécdotas de ellos, historia para nosotros. La mítica escena del Chino y el Sapo en la Plaza de Mayo el día de la expulsión. Un movimiento de karate para aplacar a los patoteros de la derecha, la retirada voluntaria de los pibes de la JP… Mate, pizza, facturas, masitas de por medio. Un encuentro histórico para nosotros, Walsh, Perón, Montoneros, los “Erpios” la derecha recalcitrante de hoy y de siempre. Un viaje eternáutico.



3.    LAS EVIDENCIAS:
Pruebas materiales de esos hechos son las fotos en primer lugar, testimonio contundente de la presencia, de la participación, del diálogo. Los libros que nos regalaron y que abren otros espacios de lecturas posibles, otros encuentros, por qué no, en ese espacio y con esas gentes pero en otro contexto y con otras palabras. Y aunque la palabra “evidencia” tiene, y mucho más en el caso de Walsh, una connotación material, no podemos soslayar que las evidencias de estos hechos serán más que nada intangibles, inefables, inalienables de cada uno de los siete locos.





Tati. Munro, 26 de noviembre de 2016

sábado, 12 de noviembre de 2016

¡A Nacho hay que rajarlo del grupo de lectura!

     Trataré de contar lo acaecido según la atención dispersa que presenté ese día, debido a que estos encuentros los disfruto con tanta intensidad que vuelo demasiado y escribo poco.

     Nos juntamos el sábado 22 de oktubre (mes bastante rojo-peronista entre recuperaciones de fábricas por los propios obreros en Neuquén, derrocamiento de regímenes zaristas en Rusia y la marcha de los descamisados pidiendo la liberación de su líder político en nuestro propio país) siendo el mediodía en el bar Cao (tse tung) de un día maravillosamente soleado... creo.

     Los participantes del encuentro éramos: Pol, Dani, Pato, Tati, Ali, Pepi, Ani y quien les escribe: SubMarcos el Comandante.

     Habíamos esperado mucho este encuentro como todos los anteriores. Esta energía vital se percibe en cada uno de nosotros/as y se contagia esporádicamente.

     Compartimos el libro de cuentos de Abelardo Castillo llamado “Las otras puertas”.

     Pedimos un par de picadas con unos birrines y algún que otro amargo solicitó cerveza amarga y además agua saborizada .Otros/as se cortaron solos y pidieron un cortado.Y algunos que estaban tristes prefirieron una LÁGRIMA.

     Se analizaron casi todos los cuentos, a saber:

     1- Conejo: De SALTO en SALTO y sin ninguna linealidad espacio-temporal fuimos evocando algunos sentipensares que nos dejó este cuentito saltarín.

     ¿Puede un ser inanimado constituirse en receptor de las angustias vitales de un Alma que va naufragando? ¿Qué tipo de relación se establece? ¿Importa esta relación? Quizás no interese analizar esta relación sino su consecuencia: el alivio inmediato.
Rondó la sensación de soledad, la necesidad de expresar sus congojas para no morir de ignominia.

     Ana entendía al conejo como el objeto de transición: esa representación hecha conejo que permite expresar la díada amor-odio  establecida  en el vínculo primario. Esa sensación  de confianza absoluta en nuestro cuidador, pero de desconfianza también por temor a su pérdida y que hace que posteriormente lo destruya. ¿Referiría  al crecimiento mismo? Vulnerabilidad y  temor al abandono pareció dejar el “Conejito”.


                                    El amargo del conejito Saviola

     2- Érika de los pajaros: Aquí cada uno VOLÓ a su manera. Dani parecía confundido con este cuento a tal punto que en un momento dijo de manera muy clownesca: "No, no lo entendí”. ¿Habia sido un sueño? Aquí también parecía referirse a la díada amor-odio. Pepi intentó explicar cómo lo había entendido, pero no recuerdo muy bien esa explicación...
Espacio reservado para que Pepi lo vuelva a explicar:







¿Amor idealizado? ¿Platónico? ¿Platón tuvo novio o novia? ¿Comía en platón, tomaba en tazón y usaba calzón? ¿Qué tipo de relación establecía con sus parejas? ¿Relaciones aristotélicas?
Los extremos pasionales son armas de doble filo que juegan a 2 puntas: nos cobijan o nos agreden.
¡Que viva el estoicismo! ¡Vive Dios que me encanta tanta alarma social!

     3- La madre de Ernesto: COBIJADOS BAJO LAS POLLERAS de este relato sentimos el respeto que infunda una madre. ¡Y más si es la de un amigo joder! Su mirada paralizante nos inculca prudencia y castidad ad eternum antes que un placer proveniente de los más recónditos lugares del infierno mismo, donde mora Luzbel.

     Nuestro placer podrá estar ardiendo y tener carácter urgente para llegar a destino pero antes que todo está la Madre de Ernesto, a quien le debemos respeto. Así que a seguir arando bueyes.
Podemos percibir ese instinto maternal que emana de su vientre y que la conduce a preguntar por su hijo, a preocuparse por él.

                                        "Todo sobre mi madre".

     4- El marica: ¿Era marica? ¿Era homosexual? ¿El relato es de un hombre hacia una mujer o de una mujer hacia un hombre o entre 2 hombree o 2 mujeres? Se barajó algo que me pareció muy interesante: ¿por qué catalogar? ¿por qué clasificar? El amor trasciende al género y eso es lo que lo embellece. Se leen distintos pasajes del cuento como para rememorar la belleza de su escritura. Se propone como disparador para abordar la temática de género.

     5- Macabeo: Identidad es lo que se discutió en este cuento. ¿Judio? ¿Alemán? ¿Importa lo que era? ¿O cómo se sentía con su  ser? ¿Qué deseaba él? Sin embargo se percibe una tensión en esta búsqueda de identidad.

     6- Hernán: El chico héroe del curso que se aventura con la profesora para luego dejarla en ridículo. Pol cierra con una de sus fabulosas frases: ”Todos tenemos un Hernán en el ropero”.

     7- Fermín: Si mal no recuerdo a Tati le pareció que el autor utilizó para dicho cuento recursos borgeanos. Pol debate algo así como que en la vida  a veces no se trata de ser buenos o  malos. ¿Cuántas morales hay? ¿Quién juzga cuando juzga? ¿De qué lado nos paramos al juzgar?

     8- El candelabro de …: Para este momento de la reunión ya habíamos gastado mucha plata  con la picada así que decido ahorrala en el título de este cuento.

     ¡Muy bueno, a todos les gusto! Yo no lo entendí. Habla de cómo  un héroe anónimo puede dar felicidad a un ser olvidado en esta sociedad. 
     Ciro Pertusi, cantate de Attaque 77, canta en su tema "Numancia" algo que quizás resuma un poco este cuento: ”Entonces cuando me encuentro en una buena emoción le pido a Dios se apiade y me lleve ahí en lo mejor”.

     En líneas generales nos gustó el libro de Castillo. Abarca temáticas de género, identidades, sentimientos encontrados, moralidades, soledad, muerte, entre otros.

     Según algunas lumbreras utiliza recursos de Borges, Cortázar y Arlt.

     A Ana y a SubMarcos el Comandante les pareció que Abelardo escribe con cierto tinte machista. Tati señala el contexto de la época en el cual lo escribe como para lograr entenderlo.

     Muchos cuentos comienzan escribiéndose en una tercera persona para luego terminar siendo relatado en primera.

     Dani acota que le pareció que muchos de sus cuentos son autobiográficos.

     Como SubMarcos estaba bastante perdido por la cerveza ingerida, muy cortesmente como lo suele ser Pato, lo ayudó al comandante a organizar un poco este apunte que ahora escribo. ¡Gracias Pato!


     Misceláneas:
     1- Ana divulgó la idea de la epigenética que es algo así como un efecto radionuclear que puede destruir el alma humana.

     2- Frases enunciadas de manera impúdica e impersonal:
     - “¡Porque yo creo en la epigenetica!”
     - “La única iglesia que ilumina es la que arde”.

     3- Algunas recomendaciones:
     -La isla desierta de Arlt.
     -Canción de Navidad de Silvio Rodriguez.
     -Echar sin miramientos a Nacho del grupo de lectura por su increíble aptitud para colgarse de una rama y no volver a bajar haciéndole honor a su signo del horóscopo chino: el mono.


     Se concensuó para nuestro próximo encuentro "Operación masacre" de Rodolfo Walsh que será el sábado 26/11.
He dicho.

     Agur.
                                                                      Ignacio de Villurca




jueves, 20 de octubre de 2016

Pájaros en la boca. Crónica del encuentro de los integrantes del grupo de lectura “Los siete locos” (sábado 24 de septiembre de 2016)

El lugar elegido para la reunión fue el Bar “El Federal”, en la esquina de Carlos Calvo y Perú, barrio de San Telmo. Ya se las trae este bar, declarado uno de los cien bares notables de la ciudad de Buenos Aires, por conservar varios elementos originales: la barra de madera con arco en alzada, los mosaicos calcáreos originales, la máquina registradora del siglo XIX, las barricas de roble francés y la colección de chapas enlozadas. 

Fundado en 1864, nació como una pulpería para pasar a ser después un almacén de ultramarinos, posteriormente un prostíbulo y al fin un despacho de bebidas. Este escenario crea un clima especial para hablar de literatura, filosofía, psicología: en conclusión, de la vida misma, que de eso trató nuestro encuentro.


            
Dany nos esperaba en compañía de Pol, su hermano, y Ana, su muy divertida y  médica madre. De a poco nos fuimos sumando Nacho, Selmo, Pato, Ali, Nati, Gerardo y yo. Gerardo es Rabinovich, médico generalista que “sufre” su profesión en Morón. Calladito, pero cuando habla… agarrate Catalina (y no es una murga).

            Después de dilucidar a qué cosa rica le hincaríamos el diente y con qué licor nos entonaríamos la “gola”, comenzamos con el libro de cuentos elegido para esta ocasión: Pájaros en la boca, de la autora argentina Samanta Schweblin (1978).

Abre  el fuego Selmo que acota que “Irmán” -primer cuento con que comienza la serie-, “me sacudió”. A partir de la temática de esta narración, nos trae un recuerdo personal nostálgico y hermoso: pocos días antes había muerto su abuela y a causa de esto debieron ir a su casa para ocuparse de arreglar cosas pendientes. Se encontró con muchas fotos de su familia, que sonreían desde el marco amarilleado por el transcurso del tiempo. Esto lo llevó de inmediato a la caja con fotografías que Irman guardaba como su más preciado don y que fue arrojada a un lado por los dos hombres que habían parado en su bar. Es ahí donde Selmo se interrogó sobre el paso del tiempo, la brevedad de nuestras existencias, la fugacidad de lo humano: ese segmento vital que dejamos atrás y que no podemos rescatar, relacionándolo  también con otro cuento “Última vuelta”: el tiempo y la linealidad de la vida se ven alterados ante la realidad de los acontecimientos.


Le  sigue Dany quien retoma “Última vuelta” y se refiere a otros dos relatos que también lo impactaron: “Perdiendo velocidad” y “La medida de las cosas”. Con este último se engancha Ali, que dice “me desconcertó” y agrega que los juegos infantiles encandilan a un adulto/niño, que nunca fue un adulto. Alguien menciona el concepto de “regresión lúdica”…

Pol  salta de su banca para hablar de “Mariposas” y cita el enojo que le produjo la oración que inicia el cuento: “Ya vas a ver qué lindo vestido tiene hoy la mía,…”. Estas dos palabritas traen a colación la relación padres/hijos, en la que algunos padres sienten que sus hijos son de su propiedad, tal como lo es un objeto. Se abre la polémica apuntando a los padres: ¿planificamos traer hijos al mundo? ¿Por qué? ¿Analizamos si ése es el momento oportuno para traerlos? Las madres, Ana, Ali y yo, somos interpeladas. Ana afirma estar muy feliz de haberlos parido, Ali dice que si bien no lo planificó, también lo está, y yo agrego que los deseaba. Por lo que parece, planificados o no, todas nos sentimos contentas con nuestros hijos.

Pato  continúa con el cuento “La furia de las pestes”, donde cree ver un acostumbramiento a vivir una situación como normal aunque lejos está de serlo: el hambre, vivencia que salta en el recuerdo de los pueblerinos cuando el censor les muestra un puñado de azúcar.

Ali lo relaciona inmediatamente con “La desolación” de Horacio Quiroga y Selmo con “El hambre” de Mujica Lainez. Creo que por la similitud con el entorno y la impotencia que generan el clima moroso pero trágico que sobrevuelan estos relatos.

Pol vuelve sobre “Mariposas” y señala lo siniestro en la narración de la muerte de la mariposa: “Gorriti le dice que termine con eso de una vez y él, por el propio bien de la mariposa por supuesto, la pisa con firmeza”. Pol alude a un poema de Kahlil Gibran, “Mis hijos”, que Pato rápidamente busca en internet y lo envía al grupo. Nati  acota que la autora plasmó el cuento “de un tirón”.

Continúa  Pol con “Mi hermano Walter” para hablar del lugar que el enfermo ocupa como tal y cómo queda aprisionado en los límites de la enfermedad. Y otra reflexión que es tratada por los integrantes del encuentro: el individuo que surge como emergente de la enfermedad del grupo. Ali aporta una historia sobre la hija de un colega de ella, que pide no ir más al colegio por sentirse diferente. Dany lo relaciona también con el protagonista del pintor de “Cabezas contra el asfalto”: “La gente dice que soy un racista, un hombre descomunalmente malo, pero mis cuadros se venden por millones y yo empiezo a pensar en eso que siempre decía mi mamá, eso de que el mundo lo que tiene es una gran crisis de amor, y de que, al fin y al cabo, no son buenos tiempos para la gente muy sensible.”

Ali sigue en “Papá Noel duerme en casa” y lo relaciona con “Conejo” de Abelardo Castillo, en el que un chico entabla una relación que “parece de afecto” con un conejo al que le cuenta todas sus penas y finalmente lo termina destruyendo. Señala una similar contradicción de la relación del chico con el conejo y el chico con Papá Noel.

Nacho agrega que en “Papá Noel…” se juega la fantasía del niño versus la realidad de los adultos. Menciona una película “El laberinto del fauno” en la que se da cuenta de la misma situación.

Pato, Pol y Ali vuelven sobre “El hombre sirena” y Ali lee sus observaciones: “presencia del amor, vemos la vida como siempre quisimos verla, la visión del niño recreando una realidad dolorosa como una fantasía”.

Pato se refiere a “El cavador” del que Ali acota que se asimila a un  policial. En esa instancia Nacho trae a colación “Rayuela” de Cortázar y sus indicios. Se trae la relación que guarda el texto con el cine y la música.

Pol retoma “Cabezas…” para afirmar que ”no hay un otro”; el protagonista “no saca sus ojos de su ombligo”.

Aparece el tema de la educación en la que las maestras “etiquetan” a los alumnos y les cuesta aceptar las diferencias: el síndrome de Asperger asociado a trastornos de conducta, entre otros diagnósticos errados.




Ana relata la violencia presente en el relato “En la estepa”.

Nati refiere una serie de comentarios sobre Samanta y su historia.

Pol  vuelve a la palestra con “Conserva” para poner de manifiesto el debate sobre el aborto, a  lo que Gerardo cita una frase de Carlos Castaneda: “Lo peor que puede existir es nacer de una cogida aburrida”. Cita también a Henri Rey-Flaud, psicoanalista francés, que en su obra El elogio de la nada postula que un adulto es alguien ausente de su palabra.

Pol rescata de “Conservas” la actitud de los padres de la pareja que aceptan con respeto la decisión de sus hijos.

Pato y Ali coinciden en que en ese cuento hay un embarazo normal que tuvo un nacimiento: en la primera parte, una familia va al médico, al lugar de la relajación, recibe los regalos…, metafóricamente la panza tiene una semilla, la escupe, el doctor le da un frasco para conservarla y que pueda nacer más adelante… Se hace evidente una incomodidad de la mujer ante la llegada de su hijo porque aún no ha llegado su tiempo. Sobrevuela la sensación egoísta de la mujer que expulsa a su hijo… ¿Es necesaria una planificación para tenerlo?

Gerardo agrega: “Los hijos eligen a sus padres” y cita a George Bernard Shaw: “Ves cosas y dices: ¿por qué? Pero yo sueño cosas que nunca fueron y digo: ¿por qué no?”.

Para finalizar el encuentro se eligen dos fechas, dado que Nati no podrá estar en la primera por motivo de su viaje:

  • ·            22 de octubre, 12 horas; se leerán cuentos de Abelardo Castillo.(1)
  • ·         26 de noviembre, 12 horas; se leerá Facundo. Civilización o barbarie.

Conclusiones: dos fotos sacadas por Dany son más que elocuentes de la felicidad compartida. 




Aquí van algunas declaraciones:

Nacho: Genial encuentro, cumpas!!!!

Polcito: Si la felicidad es un instante es porque el capitalismo nos oprime el resto del tiempo (con el socialismo la felicidad va a ser permanente). Ahora bien, estas fotos grafican uno de los pocos instantes de felicidad que tengo.

Ana María: Qué buen momento!!!!

Dany: Esa felicidad se multiplicará en el facebbok, el blog y nuestros próximos dos encuentros.

Nacho: la felicidad es subversiva.

Nati: Excelente juntada!!!

Alicia: En un relato de Saramago, el narrador dice que las historias son lo que fueron por fuerza de quien las vive. Nosotros, en Los siete locos, restamos haciendo historia. Hermoso el encuentro del sábado!!

Selmo estaba tan feliz que se fue a desollar corderitos a Plaza San Martín…

Yo sólo agrego que estos encuentros me hacen sentir más rica… y no a la usanza capitalista!


(1) Ali asume la tarea de investigar sobre los cuentos de Abelardo Castillo y enviar su sugerencia.

Dos veces junio

¿Por qué nos juntamos aquí? indaga Selmo, casi con la misma intensidad que la pregunta del comienzo del libro. Pato responde haciendo lugar al argumento de la novela, como para dar comienzo a estos pequeños viajes que nos regalamos mes a mes.

Selmo nos cuenta que la Ex -ESMA fue su lugar de estudio desde el 2001 al 2004, donde se formó como marino mercante, a pesar de haber nacido un 9 de julio y tener pie plano, condiciones poco favorables en términos militares (lo cual ninguno de nosotros sabía). Nos comparte anécdotas de la vida entre militares e inevitablemente surge la discusión acerca del valor del ejército.
  
Él aclara que entre ellos había gente buena, pero nunca se había puesto a pensar que en este lugar nacían bebés. Tati apoya la idea de lo positivo que puede llegar a tener el ejército, resignificándolo. Pero tanto Ana como Pepita se oponen a esta idea, “La colimba era el lugar en donde los adolescentes se hacían hombres y no estoy de acuerdo con esa idea de machismo”.



Nacho y Pato hablan de la semejanza con el abuso de poder de los cirujanos y de algunos médicos. Se comentan las semejanzas con la medicina, relacionando la anécdota del profesor de anatomía, contada por Messiano, con situaciones reales que ocurren en la facultad actual.

Comenzamos hablando del libro luego de que Pol trajera a la mesa el momento en el cual los soldados que estaban en el camión se bajan del mismo para abusar de una chica que se encontraba sola en la ruta con su bicicleta pinchada. Pol relaciona este episodio con la situación política del país, en la cual los militares usurparon el gobierno y destruyeron la patria que se encontraba al costado de la ruta indefensa y con varias ruedas pinchadas. Pato recuerda unos versos de “Fabricante de mentiras” de Sui Generis  en donde se cuenta la historia de un fabulador que engrupe a una típica chica inocente y le hace perder la castidad: “Preciso es condenar al que se burla de nuestra moral / pero hay algo que no se puede explicar/¿Por qué la niña ríe en vez de llorar?”

Pol habla del médico y su enfermiza neurosis con lo metódico. Recuerda Nacho, que por más que el auto estuviese limpio casi por automatismo, él se preocupaba de que "nuestro soldadito" lo esté limpiando todo el tiempo. Y digo “nuestro”, porque a medida que fue transcurriendo el relato nos fuimos acercando a la personalidad del soldado protagonista, al punto de impresionarnos y entristecernos ante su actitud frente a la mujer que le habló desesperadamente desde una celda. Creo que en ese momento todos sentimos una desilusión, ¡¿Por qué no la ayudaste?! Así como cuando vemos una escena de una posible escapatoria en alguna película sobre la dictadura, de alguien que sabemos que inevitablemente va a terminar muerto. 

Reflexionamos acerca de este pensamiento rígido del Dr. Messiano y la crianza de su hijo que terminó muriendo 4 años más tarde como un “héroe” en la guerra de Malvinas. Hablamos de lo interesante del manejo del tiempo que hace Martín Kohan entre los dos junios, del ’78 y del ’82.

           Tapa de Clarín del 11 de junio del 78: el día después 
              de que Argentina pierde con Italia. 

Tenemos la suerte de contar con Alicia, Pepita y Ana que vivieron esa época mucho más de cerca que los demás y nos pudieron contar anécdotas familiares y sentimientos de aquellas épocas. Alicia nos cuenta que tenía amigas que pertenecían a familias militares y una vez en una de aquellas reuniones surgió el debate acerca de si se debían matar o no los perros de la calle. Ante la respuesta positiva del padre de su amiga, la madre respondió: “Yo no sé por qué me sorprendo si ustedes están matando personas”.

En la novela también hay espacio para el análisis del amor y cómo lo vive el soldado. A Ana le sorprende de qué forma se disocia el amor, Tati habla de la violencia como único vínculo que es capaz de establecer con la prostituta. También se comenta la escena en que el protagonista esconde el anillo y de la sensación de soledad de la novela. Nati sintió una despersonalización total desde el principio de la historia en donde el foco se pone sobre un papel y no sobre quién lo escribió. La importancia de la escritura por sobre el mensaje. La rigurosidad y el acostumbramiento. La necesidad de un orden para sentirse seguro. La necesidad, de algunas personas, de buscar en la religión o en regímenes verticalistas una estabilidad para su vida como equivalencia a la felicidad.


“¿A qué edad se puede empezar a torturar a un niño?” Esta pregunta inicial de la novela, generó anécdotas sobre los alumnos de Alicia, profesora de Lengua y Literatura de un colegio privado. La gran mayoría respondió que nunca, pero un porcentaje no menor escribió respuestas que iban desde “a partir de los 18” hasta “desde que pueda hablar”. Dani relaciona estas discusiones con las que se dan en torno a la temática del aborto, ¿Cuándo es vida, cuándo no?, Pepita se pregunta y ¿a qué edad se puede empezar a torturar a un grande? Luego de estremecernos con la realidad, se comenta que en dictadura hubo casos de torturas a menores, como el caso de Floreal Avellaneda de 15 años. Se habla de las películas Garage Olimpo, Infancia clandestina, La noche de los lápices.

Tati viaja con su cabeza hasta China antes de Cristo para traernos El arte de la guerra, de Sun Tzu, libro que analizó en profundidad las guerras y su significado. Se habla de cómo el Dr. Messiano y el soldado vivieron el partido del mundial como si fuese una guerra propiamente dicha. A raíz de este tema, comentamos la particularidad de Kohan al intercalar entre capítulos las formaciones de la selección nacional, analizadas desde una perspectiva totalmente despersonalizada, como si fuesen máquinas. Pato remarca el detalle de la tapa del libro en donde el Gauchito, mascota del Mundial ’78, está rigurosamente medido.

Acercándonos al final de este profundo y apasionante encuentro en el bar del Conti, surge una discusión acerca de la guerra entre Israel y Palestina, acerca del rol de cada una de estas naciones y sus vínculos con EEUU. Discusiones difíciles si las hay, que luego se seguirían por whatsapp. Se recomienda el libro de Pedro Brieger, El conflicto palestino-israelí - 100 preguntas y respuestas.

¿Qué libro leemos en la próxima juntada? Pato trae Stoner, de John Williams. Pepita recomienda El creador literario, de Sigmund Freud. Nati acierta en la apuesta con Pájaros en la boca, de Samanta Schweblin, libro de cuentos (nos recomienda uno de ellos, ‘Mariposa’) que leeremos para el próximo mes de septiembre que esperemos… sea mas cálido.



                                                                                  
                                                                                      Patricio





lunes, 15 de agosto de 2016

Los cinco puntos

Como trasladados al terreno nos acobijamos en la casa del

padrino Daniel. Fueron llegando uno por uno con facturas

vencidas. El grupo de Intelligentzia se había ampliado.Se 

sumaron al encuentro Elsa Bohr Tatiana Profesora de 

Literatura y Alicia Maravilla, mamá del peligroso Gorrión 

dealer Pato, también profesora de literatura.

Los demás eran los mismos pendencieros de siempre: 

Selmo el Borrego, Pol Aco de Polonia, Sebas El Batero de

Bonzi, mamá Ana y quien les escribe: Arturo Puig.


Comenzamos a preparar el plan para secuestrar ideas. Así 

tomamos de rehén a Consumo Problemático de Sustancias, 

un tipo de mucha guita que nos serviría para lograr un flor de

viaje. El viaje al más allá.

¿De quién era la culpa? ¿De las drogas? Las drogas alienan

a sus víctimas. Pero realmente, ¿a qué llamamos droga?

¿Cuántos tipos de droga hay? Porque sabemos que las hay 

legales e ilegales. Pero que Dios pone el rótulo de la 

legalidad. ¿O qué laboratorio lo hace? Si Dios ha muerto, 

¿los laboratorios okupan su lugar???

¡Oohhhhhhhhhhhhhh qué placer! La cumbia cantaba ahora

sobre el tema del tiempo. ¿Toda clase social tiene igual 

esperzanza de vida???. Rondaba la vaga sensación de que 

en la villa miseria sus habitantes palpan a flor de piel la 

muerte. La parca pareciera encapricharse y visitar estos 

lugares día por medio. Es más, da la sensación de no 

querer dejar el lugar. Su aroma en las cloacas queda todo el 

tiempo.

Los rituales umbanda, las creencias, espiritualismo vs. 

religión, supersticiones y gatos negros. ¿Cuál es la 

diferencia entre creer que pasar por debajo de una 

escalera trae mala suerte y pensar que un antibiótico cura 

un mal???? Ciencia y progreso. Mentira y Verdad. 2 caras 

de una moneda. ¿Creo en lo que veo?




Surgió el debate sobre si el libro reproducía de alguna 

manera estigmatizaciones sobre la clase baja sin realizar 

críticas hacia la clase alta opresora. Pero algunos 

integrantes tumberos creían que solo era una descripción de 

la vida cotidiana en las tumbas de nuestro Conurbano. Algo 

que en la investigación cualitativa se llama 

"Etnometodología".

La etnometodología da nombre a un conjunto de estrategias 
de investigación cuyo punto en común es la descripción 
minuciosa de los objetos que investiga; por eso es también 
conocida como”investigación situada”. Los diseños 
operacionales de cuño etnometodológico recomiendan la 
observación directa y la investigación detallada de los hechos, en el lugar donde ocurren, con la finalidad de producir una descripción minuciosa y profunda de las personas, de sus relaciones y de su cultura. Sus fuentes de inspiración son los abordajes antropológicos. Pero se diferencian de ellos por no tener la pretensión de producir análisis culturales totalizantes. Las estrategias de investigación etnometodológica ponen una atención especial a las técnicas de observación participante y a la comprensión de los símbolos y categorías empíricas que un determinado grupo usa para referirse a su mundo y a los procesos que está viviendo.

María de Sousa Minayo. "La artesanía de la Investigación Cualitativa", p122.2009. Ed Lugar. BS AS.

Muerte, Tiempo, CPS, Religiones, Ser o no ser, creer o 

reventar, Patria o Macri, Ganador y Perdedor, Villa o 

Country, Patrón o Esclavo, Jerarca o Paria, Obrero o 

Burgués, Vida - Muerte. Dicotomías, ambigüedades, 

contradicciones que parecen a veces transitar 2 injustos 

extremos. Muchas preguntas y pocas respuestas...

Volvé Sócrates, te estamos esperando...


                                          
                                           Nachín, el justiciero anarquista