jueves, 20 de octubre de 2016

Pájaros en la boca. Crónica del encuentro de los integrantes del grupo de lectura “Los siete locos” (sábado 24 de septiembre de 2016)

El lugar elegido para la reunión fue el Bar “El Federal”, en la esquina de Carlos Calvo y Perú, barrio de San Telmo. Ya se las trae este bar, declarado uno de los cien bares notables de la ciudad de Buenos Aires, por conservar varios elementos originales: la barra de madera con arco en alzada, los mosaicos calcáreos originales, la máquina registradora del siglo XIX, las barricas de roble francés y la colección de chapas enlozadas. 

Fundado en 1864, nació como una pulpería para pasar a ser después un almacén de ultramarinos, posteriormente un prostíbulo y al fin un despacho de bebidas. Este escenario crea un clima especial para hablar de literatura, filosofía, psicología: en conclusión, de la vida misma, que de eso trató nuestro encuentro.


            
Dany nos esperaba en compañía de Pol, su hermano, y Ana, su muy divertida y  médica madre. De a poco nos fuimos sumando Nacho, Selmo, Pato, Ali, Nati, Gerardo y yo. Gerardo es Rabinovich, médico generalista que “sufre” su profesión en Morón. Calladito, pero cuando habla… agarrate Catalina (y no es una murga).

            Después de dilucidar a qué cosa rica le hincaríamos el diente y con qué licor nos entonaríamos la “gola”, comenzamos con el libro de cuentos elegido para esta ocasión: Pájaros en la boca, de la autora argentina Samanta Schweblin (1978).

Abre  el fuego Selmo que acota que “Irmán” -primer cuento con que comienza la serie-, “me sacudió”. A partir de la temática de esta narración, nos trae un recuerdo personal nostálgico y hermoso: pocos días antes había muerto su abuela y a causa de esto debieron ir a su casa para ocuparse de arreglar cosas pendientes. Se encontró con muchas fotos de su familia, que sonreían desde el marco amarilleado por el transcurso del tiempo. Esto lo llevó de inmediato a la caja con fotografías que Irman guardaba como su más preciado don y que fue arrojada a un lado por los dos hombres que habían parado en su bar. Es ahí donde Selmo se interrogó sobre el paso del tiempo, la brevedad de nuestras existencias, la fugacidad de lo humano: ese segmento vital que dejamos atrás y que no podemos rescatar, relacionándolo  también con otro cuento “Última vuelta”: el tiempo y la linealidad de la vida se ven alterados ante la realidad de los acontecimientos.


Le  sigue Dany quien retoma “Última vuelta” y se refiere a otros dos relatos que también lo impactaron: “Perdiendo velocidad” y “La medida de las cosas”. Con este último se engancha Ali, que dice “me desconcertó” y agrega que los juegos infantiles encandilan a un adulto/niño, que nunca fue un adulto. Alguien menciona el concepto de “regresión lúdica”…

Pol  salta de su banca para hablar de “Mariposas” y cita el enojo que le produjo la oración que inicia el cuento: “Ya vas a ver qué lindo vestido tiene hoy la mía,…”. Estas dos palabritas traen a colación la relación padres/hijos, en la que algunos padres sienten que sus hijos son de su propiedad, tal como lo es un objeto. Se abre la polémica apuntando a los padres: ¿planificamos traer hijos al mundo? ¿Por qué? ¿Analizamos si ése es el momento oportuno para traerlos? Las madres, Ana, Ali y yo, somos interpeladas. Ana afirma estar muy feliz de haberlos parido, Ali dice que si bien no lo planificó, también lo está, y yo agrego que los deseaba. Por lo que parece, planificados o no, todas nos sentimos contentas con nuestros hijos.

Pato  continúa con el cuento “La furia de las pestes”, donde cree ver un acostumbramiento a vivir una situación como normal aunque lejos está de serlo: el hambre, vivencia que salta en el recuerdo de los pueblerinos cuando el censor les muestra un puñado de azúcar.

Ali lo relaciona inmediatamente con “La desolación” de Horacio Quiroga y Selmo con “El hambre” de Mujica Lainez. Creo que por la similitud con el entorno y la impotencia que generan el clima moroso pero trágico que sobrevuelan estos relatos.

Pol vuelve sobre “Mariposas” y señala lo siniestro en la narración de la muerte de la mariposa: “Gorriti le dice que termine con eso de una vez y él, por el propio bien de la mariposa por supuesto, la pisa con firmeza”. Pol alude a un poema de Kahlil Gibran, “Mis hijos”, que Pato rápidamente busca en internet y lo envía al grupo. Nati  acota que la autora plasmó el cuento “de un tirón”.

Continúa  Pol con “Mi hermano Walter” para hablar del lugar que el enfermo ocupa como tal y cómo queda aprisionado en los límites de la enfermedad. Y otra reflexión que es tratada por los integrantes del encuentro: el individuo que surge como emergente de la enfermedad del grupo. Ali aporta una historia sobre la hija de un colega de ella, que pide no ir más al colegio por sentirse diferente. Dany lo relaciona también con el protagonista del pintor de “Cabezas contra el asfalto”: “La gente dice que soy un racista, un hombre descomunalmente malo, pero mis cuadros se venden por millones y yo empiezo a pensar en eso que siempre decía mi mamá, eso de que el mundo lo que tiene es una gran crisis de amor, y de que, al fin y al cabo, no son buenos tiempos para la gente muy sensible.”

Ali sigue en “Papá Noel duerme en casa” y lo relaciona con “Conejo” de Abelardo Castillo, en el que un chico entabla una relación que “parece de afecto” con un conejo al que le cuenta todas sus penas y finalmente lo termina destruyendo. Señala una similar contradicción de la relación del chico con el conejo y el chico con Papá Noel.

Nacho agrega que en “Papá Noel…” se juega la fantasía del niño versus la realidad de los adultos. Menciona una película “El laberinto del fauno” en la que se da cuenta de la misma situación.

Pato, Pol y Ali vuelven sobre “El hombre sirena” y Ali lee sus observaciones: “presencia del amor, vemos la vida como siempre quisimos verla, la visión del niño recreando una realidad dolorosa como una fantasía”.

Pato se refiere a “El cavador” del que Ali acota que se asimila a un  policial. En esa instancia Nacho trae a colación “Rayuela” de Cortázar y sus indicios. Se trae la relación que guarda el texto con el cine y la música.

Pol retoma “Cabezas…” para afirmar que ”no hay un otro”; el protagonista “no saca sus ojos de su ombligo”.

Aparece el tema de la educación en la que las maestras “etiquetan” a los alumnos y les cuesta aceptar las diferencias: el síndrome de Asperger asociado a trastornos de conducta, entre otros diagnósticos errados.




Ana relata la violencia presente en el relato “En la estepa”.

Nati refiere una serie de comentarios sobre Samanta y su historia.

Pol  vuelve a la palestra con “Conserva” para poner de manifiesto el debate sobre el aborto, a  lo que Gerardo cita una frase de Carlos Castaneda: “Lo peor que puede existir es nacer de una cogida aburrida”. Cita también a Henri Rey-Flaud, psicoanalista francés, que en su obra El elogio de la nada postula que un adulto es alguien ausente de su palabra.

Pol rescata de “Conservas” la actitud de los padres de la pareja que aceptan con respeto la decisión de sus hijos.

Pato y Ali coinciden en que en ese cuento hay un embarazo normal que tuvo un nacimiento: en la primera parte, una familia va al médico, al lugar de la relajación, recibe los regalos…, metafóricamente la panza tiene una semilla, la escupe, el doctor le da un frasco para conservarla y que pueda nacer más adelante… Se hace evidente una incomodidad de la mujer ante la llegada de su hijo porque aún no ha llegado su tiempo. Sobrevuela la sensación egoísta de la mujer que expulsa a su hijo… ¿Es necesaria una planificación para tenerlo?

Gerardo agrega: “Los hijos eligen a sus padres” y cita a George Bernard Shaw: “Ves cosas y dices: ¿por qué? Pero yo sueño cosas que nunca fueron y digo: ¿por qué no?”.

Para finalizar el encuentro se eligen dos fechas, dado que Nati no podrá estar en la primera por motivo de su viaje:

  • ·            22 de octubre, 12 horas; se leerán cuentos de Abelardo Castillo.(1)
  • ·         26 de noviembre, 12 horas; se leerá Facundo. Civilización o barbarie.

Conclusiones: dos fotos sacadas por Dany son más que elocuentes de la felicidad compartida. 




Aquí van algunas declaraciones:

Nacho: Genial encuentro, cumpas!!!!

Polcito: Si la felicidad es un instante es porque el capitalismo nos oprime el resto del tiempo (con el socialismo la felicidad va a ser permanente). Ahora bien, estas fotos grafican uno de los pocos instantes de felicidad que tengo.

Ana María: Qué buen momento!!!!

Dany: Esa felicidad se multiplicará en el facebbok, el blog y nuestros próximos dos encuentros.

Nacho: la felicidad es subversiva.

Nati: Excelente juntada!!!

Alicia: En un relato de Saramago, el narrador dice que las historias son lo que fueron por fuerza de quien las vive. Nosotros, en Los siete locos, restamos haciendo historia. Hermoso el encuentro del sábado!!

Selmo estaba tan feliz que se fue a desollar corderitos a Plaza San Martín…

Yo sólo agrego que estos encuentros me hacen sentir más rica… y no a la usanza capitalista!


(1) Ali asume la tarea de investigar sobre los cuentos de Abelardo Castillo y enviar su sugerencia.

Dos veces junio

¿Por qué nos juntamos aquí? indaga Selmo, casi con la misma intensidad que la pregunta del comienzo del libro. Pato responde haciendo lugar al argumento de la novela, como para dar comienzo a estos pequeños viajes que nos regalamos mes a mes.

Selmo nos cuenta que la Ex -ESMA fue su lugar de estudio desde el 2001 al 2004, donde se formó como marino mercante, a pesar de haber nacido un 9 de julio y tener pie plano, condiciones poco favorables en términos militares (lo cual ninguno de nosotros sabía). Nos comparte anécdotas de la vida entre militares e inevitablemente surge la discusión acerca del valor del ejército.
  
Él aclara que entre ellos había gente buena, pero nunca se había puesto a pensar que en este lugar nacían bebés. Tati apoya la idea de lo positivo que puede llegar a tener el ejército, resignificándolo. Pero tanto Ana como Pepita se oponen a esta idea, “La colimba era el lugar en donde los adolescentes se hacían hombres y no estoy de acuerdo con esa idea de machismo”.



Nacho y Pato hablan de la semejanza con el abuso de poder de los cirujanos y de algunos médicos. Se comentan las semejanzas con la medicina, relacionando la anécdota del profesor de anatomía, contada por Messiano, con situaciones reales que ocurren en la facultad actual.

Comenzamos hablando del libro luego de que Pol trajera a la mesa el momento en el cual los soldados que estaban en el camión se bajan del mismo para abusar de una chica que se encontraba sola en la ruta con su bicicleta pinchada. Pol relaciona este episodio con la situación política del país, en la cual los militares usurparon el gobierno y destruyeron la patria que se encontraba al costado de la ruta indefensa y con varias ruedas pinchadas. Pato recuerda unos versos de “Fabricante de mentiras” de Sui Generis  en donde se cuenta la historia de un fabulador que engrupe a una típica chica inocente y le hace perder la castidad: “Preciso es condenar al que se burla de nuestra moral / pero hay algo que no se puede explicar/¿Por qué la niña ríe en vez de llorar?”

Pol habla del médico y su enfermiza neurosis con lo metódico. Recuerda Nacho, que por más que el auto estuviese limpio casi por automatismo, él se preocupaba de que "nuestro soldadito" lo esté limpiando todo el tiempo. Y digo “nuestro”, porque a medida que fue transcurriendo el relato nos fuimos acercando a la personalidad del soldado protagonista, al punto de impresionarnos y entristecernos ante su actitud frente a la mujer que le habló desesperadamente desde una celda. Creo que en ese momento todos sentimos una desilusión, ¡¿Por qué no la ayudaste?! Así como cuando vemos una escena de una posible escapatoria en alguna película sobre la dictadura, de alguien que sabemos que inevitablemente va a terminar muerto. 

Reflexionamos acerca de este pensamiento rígido del Dr. Messiano y la crianza de su hijo que terminó muriendo 4 años más tarde como un “héroe” en la guerra de Malvinas. Hablamos de lo interesante del manejo del tiempo que hace Martín Kohan entre los dos junios, del ’78 y del ’82.

           Tapa de Clarín del 11 de junio del 78: el día después 
              de que Argentina pierde con Italia. 

Tenemos la suerte de contar con Alicia, Pepita y Ana que vivieron esa época mucho más de cerca que los demás y nos pudieron contar anécdotas familiares y sentimientos de aquellas épocas. Alicia nos cuenta que tenía amigas que pertenecían a familias militares y una vez en una de aquellas reuniones surgió el debate acerca de si se debían matar o no los perros de la calle. Ante la respuesta positiva del padre de su amiga, la madre respondió: “Yo no sé por qué me sorprendo si ustedes están matando personas”.

En la novela también hay espacio para el análisis del amor y cómo lo vive el soldado. A Ana le sorprende de qué forma se disocia el amor, Tati habla de la violencia como único vínculo que es capaz de establecer con la prostituta. También se comenta la escena en que el protagonista esconde el anillo y de la sensación de soledad de la novela. Nati sintió una despersonalización total desde el principio de la historia en donde el foco se pone sobre un papel y no sobre quién lo escribió. La importancia de la escritura por sobre el mensaje. La rigurosidad y el acostumbramiento. La necesidad de un orden para sentirse seguro. La necesidad, de algunas personas, de buscar en la religión o en regímenes verticalistas una estabilidad para su vida como equivalencia a la felicidad.


“¿A qué edad se puede empezar a torturar a un niño?” Esta pregunta inicial de la novela, generó anécdotas sobre los alumnos de Alicia, profesora de Lengua y Literatura de un colegio privado. La gran mayoría respondió que nunca, pero un porcentaje no menor escribió respuestas que iban desde “a partir de los 18” hasta “desde que pueda hablar”. Dani relaciona estas discusiones con las que se dan en torno a la temática del aborto, ¿Cuándo es vida, cuándo no?, Pepita se pregunta y ¿a qué edad se puede empezar a torturar a un grande? Luego de estremecernos con la realidad, se comenta que en dictadura hubo casos de torturas a menores, como el caso de Floreal Avellaneda de 15 años. Se habla de las películas Garage Olimpo, Infancia clandestina, La noche de los lápices.

Tati viaja con su cabeza hasta China antes de Cristo para traernos El arte de la guerra, de Sun Tzu, libro que analizó en profundidad las guerras y su significado. Se habla de cómo el Dr. Messiano y el soldado vivieron el partido del mundial como si fuese una guerra propiamente dicha. A raíz de este tema, comentamos la particularidad de Kohan al intercalar entre capítulos las formaciones de la selección nacional, analizadas desde una perspectiva totalmente despersonalizada, como si fuesen máquinas. Pato remarca el detalle de la tapa del libro en donde el Gauchito, mascota del Mundial ’78, está rigurosamente medido.

Acercándonos al final de este profundo y apasionante encuentro en el bar del Conti, surge una discusión acerca de la guerra entre Israel y Palestina, acerca del rol de cada una de estas naciones y sus vínculos con EEUU. Discusiones difíciles si las hay, que luego se seguirían por whatsapp. Se recomienda el libro de Pedro Brieger, El conflicto palestino-israelí - 100 preguntas y respuestas.

¿Qué libro leemos en la próxima juntada? Pato trae Stoner, de John Williams. Pepita recomienda El creador literario, de Sigmund Freud. Nati acierta en la apuesta con Pájaros en la boca, de Samanta Schweblin, libro de cuentos (nos recomienda uno de ellos, ‘Mariposa’) que leeremos para el próximo mes de septiembre que esperemos… sea mas cálido.



                                                                                  
                                                                                      Patricio