El lugar elegido para la reunión fue el Bar “El Federal”, en la esquina de Carlos Calvo y Perú, barrio
de San Telmo. Ya se las trae este bar, declarado uno de los cien bares notables
de la ciudad de Buenos Aires, por conservar varios elementos originales: la
barra de madera con arco en alzada, los mosaicos calcáreos originales, la
máquina registradora del siglo XIX, las barricas de roble francés y la
colección de chapas enlozadas.
Fundado en 1864, nació como una pulpería para pasar a ser después un almacén de ultramarinos, posteriormente un prostíbulo y al fin un despacho de bebidas. Este escenario crea un clima especial para hablar de literatura, filosofía, psicología: en conclusión, de la vida misma, que de eso trató nuestro encuentro.
Dany nos
esperaba en compañía de Pol, su hermano, y Ana, su muy divertida y médica madre.
De a poco nos fuimos sumando Nacho, Selmo, Pato, Ali, Nati, Gerardo y yo.
Gerardo es Rabinovich, médico generalista que “sufre” su profesión en Morón.
Calladito, pero cuando habla… agarrate Catalina (y no es una murga).
Después de dilucidar a qué cosa rica le hincaríamos el diente y con qué licor nos entonaríamos
la “gola”, comenzamos con el libro de cuentos elegido para esta ocasión: Pájaros en la boca, de la autora
argentina Samanta Schweblin (1978).
Abre el fuego Selmo que acota que
“Irmán” -primer cuento con que comienza la serie-, “me sacudió”. A partir de la
temática de esta narración, nos trae un recuerdo personal nostálgico y hermoso:
pocos días antes había muerto su abuela y a causa de esto debieron ir a su casa
para ocuparse de arreglar cosas pendientes. Se encontró con muchas fotos de su
familia, que sonreían desde el marco amarilleado por el transcurso del tiempo.
Esto lo llevó de inmediato a la caja con fotografías que Irman guardaba como su
más preciado don y que fue arrojada a un lado por los dos hombres que habían
parado en su bar. Es ahí donde Selmo se interrogó sobre el paso del tiempo, la
brevedad de nuestras existencias, la fugacidad de lo humano: ese segmento vital
que dejamos atrás y que no podemos rescatar, relacionándolo también con otro cuento “Última vuelta”: el
tiempo y la linealidad de la vida se ven alterados ante la realidad de los
acontecimientos.
Le sigue Dany quien retoma
“Última vuelta” y se refiere a otros dos relatos que también lo impactaron:
“Perdiendo velocidad” y “La medida de las cosas”. Con este último se engancha
Ali, que dice “me desconcertó” y agrega que los juegos infantiles encandilan a
un adulto/niño, que nunca fue un adulto. Alguien menciona el concepto de
“regresión lúdica”…
Pol salta de su banca para hablar
de “Mariposas” y cita el enojo que le produjo la oración que inicia el cuento:
“Ya vas a ver qué lindo vestido tiene hoy la
mía,…”. Estas dos palabritas traen a colación la relación padres/hijos, en
la que algunos padres sienten que sus hijos son de su propiedad, tal como lo es
un objeto. Se abre la polémica apuntando a los padres: ¿planificamos traer
hijos al mundo? ¿Por qué? ¿Analizamos si ése es el momento oportuno para
traerlos? Las madres, Ana, Ali y yo, somos interpeladas. Ana afirma estar muy
feliz de haberlos parido, Ali dice que si bien no lo planificó, también lo está,
y yo agrego que los deseaba. Por lo que parece, planificados o no, todas nos
sentimos contentas con nuestros hijos.
Pato continúa con el cuento “La
furia de las pestes”, donde cree ver un acostumbramiento a vivir una situación
como normal aunque lejos está de serlo: el hambre, vivencia que salta en el
recuerdo de los pueblerinos cuando el censor les muestra un puñado de azúcar.
Ali lo relaciona inmediatamente
con “La desolación” de Horacio Quiroga y Selmo con “El hambre” de Mujica
Lainez. Creo que por la similitud con el entorno y la impotencia que generan el
clima moroso pero trágico que sobrevuelan estos relatos.
Pol vuelve sobre “Mariposas” y señala
lo siniestro en la narración de la muerte de la mariposa: “Gorriti le dice que
termine con eso de una vez y él, por el propio bien de la mariposa por
supuesto, la pisa con firmeza”. Pol alude a un poema de Kahlil Gibran, “Mis
hijos”, que Pato rápidamente busca en internet y lo envía al grupo. Nati acota que la autora plasmó
el cuento “de un tirón”.
Continúa Pol con “Mi hermano
Walter” para hablar del lugar que el enfermo ocupa como tal y cómo queda
aprisionado en los límites de la enfermedad. Y otra reflexión que es tratada
por los integrantes del encuentro: el individuo que surge como emergente de la
enfermedad del grupo. Ali aporta una historia sobre la hija de un colega de
ella, que pide no ir más al colegio por sentirse diferente. Dany lo relaciona
también con el protagonista del pintor de “Cabezas contra el asfalto”: “La
gente dice que soy un racista, un hombre descomunalmente
malo, pero mis cuadros se venden por millones y yo empiezo a pensar en eso
que siempre decía mi mamá, eso de que el mundo lo que tiene es una gran crisis
de amor, y de que, al fin y al cabo, no son buenos tiempos para la gente muy
sensible.”
Ali sigue en “Papá Noel duerme en
casa” y lo relaciona con “Conejo” de Abelardo Castillo, en el que un chico
entabla una relación que “parece de afecto” con un conejo al que le cuenta
todas sus penas y finalmente lo termina destruyendo. Señala una similar
contradicción de la relación del chico con el conejo y el chico con Papá Noel.
Nacho agrega que en “Papá Noel…”
se juega la fantasía del niño versus la realidad de los adultos. Menciona una
película “El laberinto del fauno” en la que se da cuenta de la misma situación.
Pato, Pol y Ali vuelven sobre “El
hombre sirena” y Ali lee sus observaciones: “presencia del amor, vemos la vida
como siempre quisimos verla, la visión del niño recreando una realidad dolorosa
como una fantasía”.
Pato se refiere a “El cavador”
del que Ali acota que se asimila a un
policial. En esa instancia Nacho trae a colación “Rayuela” de Cortázar y
sus indicios. Se trae la relación que guarda el texto con el cine y la música.
Pol retoma “Cabezas…” para
afirmar que ”no hay un otro”; el protagonista “no saca sus ojos de su ombligo”.
Aparece el tema de la educación
en la que las maestras “etiquetan” a los alumnos y les cuesta aceptar las
diferencias: el síndrome de Asperger asociado a trastornos de conducta, entre
otros diagnósticos errados.
Ana relata la violencia presente
en el relato “En la estepa”.
Nati refiere una serie de
comentarios sobre Samanta y su historia.
Pol vuelve a la palestra con
“Conserva” para poner de manifiesto el debate sobre el aborto, a lo que Gerardo cita una frase de Carlos
Castaneda: “Lo peor que puede existir es nacer de una cogida aburrida”. Cita
también a Henri Rey-Flaud, psicoanalista francés, que en su obra El elogio de la nada postula que un
adulto es alguien ausente de su palabra.
Pol rescata de “Conservas” la
actitud de los padres de la pareja que aceptan con respeto la decisión de sus
hijos.
Pato y Ali coinciden en que en
ese cuento hay un embarazo normal que tuvo un nacimiento: en la primera parte,
una familia va al médico, al lugar de la relajación, recibe los regalos…,
metafóricamente la panza tiene una semilla, la escupe, el doctor le da un frasco para conservarla y que pueda nacer más adelante… Se hace evidente una incomodidad de la mujer ante la
llegada de su hijo porque aún no ha llegado su tiempo. Sobrevuela la sensación
egoísta de la mujer que expulsa a su hijo… ¿Es necesaria una planificación para
tenerlo?
Gerardo agrega: “Los hijos eligen
a sus padres” y cita a George Bernard Shaw: “Ves cosas y dices: ¿por qué? Pero
yo sueño cosas que nunca fueron y digo: ¿por qué no?”.
Para finalizar el encuentro se
eligen dos fechas, dado que Nati no podrá estar en la primera por motivo de su
viaje:
- · 22 de octubre, 12 horas; se leerán cuentos de Abelardo Castillo.(1)
- · 26 de noviembre, 12 horas; se leerá Facundo. Civilización o barbarie.
Conclusiones: dos fotos sacadas por Dany son más que elocuentes de la felicidad compartida.
Aquí van algunas declaraciones:
Aquí van algunas declaraciones:
Nacho:
Genial encuentro, cumpas!!!!
Polcito: Si la felicidad es un instante es porque el capitalismo nos oprime el resto del
tiempo (con el socialismo la felicidad va a ser permanente). Ahora bien, estas
fotos grafican uno de los pocos instantes de felicidad que tengo.
Ana
María: Qué buen momento!!!!
Dany: Esa
felicidad se multiplicará en el facebbok, el blog y nuestros próximos dos
encuentros.
Nacho: la
felicidad es subversiva.
Nati:
Excelente juntada!!!
Alicia:
En un relato de Saramago, el narrador dice que las historias son lo que fueron
por fuerza de quien las vive. Nosotros, en Los siete locos, restamos haciendo
historia. Hermoso el encuentro del sábado!!
Selmo
estaba tan feliz que se fue a desollar corderitos a Plaza San Martín…
Yo sólo
agrego que estos encuentros me hacen sentir más rica… y no a la usanza
capitalista!
(1) Ali asume la tarea de investigar
sobre los cuentos de Abelardo Castillo y enviar su sugerencia.