domingo, 2 de julio de 2023

El beso de la mujer araña

    Es una novela acerca de los afectos, pero también sobre la traición y los ideales. En ocasiones los ideales revolucionarios se ponen por encima de los afectos. Molina muere asesinado por ayudar a Valentín y su causa, pero previamente él lo había traicionado confabulando con el comisario, para lograr su libertad y regresar con su mamá.

    La historia se construye con varios relatos, y en ese armado se vislumbra la genialidad del escritor, Manuel Puig. Uno de esos relatos es el diálogo entre Molina y Valentín en la celda compartida del penal de Devoto. Otros tantos relatos son las películas que le cuenta Molina a Valentín para pasar el tiempo. Como ejemplos se pueden citar "la pantera que no podía besar"; "el viudo alcohólico y su mujer zombie"; "la actriz francesa que se enamora de un jerarca nazi"; y "el pianista ciego que se enamora de la sirvienta fea". 

    Esas películas se desarrollan como historias paralelas, que se relacionan con la de ellos dos, porque en su mayoría son de amor, tórpidas, pasionales y con finales trágicos. 

    Y el tercer relato, que completa los otros dos, está dado por las geniales notas al pie, que esbozan diferentes teorías científicas -médicas, psicológicas, psicoanalíticas- que intentan explicar el por qué de la homosexualidad, su causa. ¿El por qué de la homosexualidad de Molina o de Manuel, el escritor?

    Y si de afecto se trata, ese sentimiento es el que discurre entre los integrantes de "Los 7 locos", que se dieron cita en el departamento de Raquel, ubicado bien alto, en el piso noveno de un edificio sobre la avenida Las Heras, en el barrio de Palermo. 

    Nos dispusimos alrededor de una mesa ratona el pibe Jason con su remera de Millonarios -el flamante campeón del fútbol colombiano-, Nachito, Rosi, Pepa y sus riquísimas pizzetas, Ana María, la anfitriona Raquel -que estaba atenta al nerviosismo de su gatita-, la última incorporación de esta banda Sil de Salliqueló, y quien escribe, el Dani. Les niñes, Aimé de 2, Maxi de 6, Vicente de 5 y Valen de 10 años, alternaban entre el living para dibujar y el enorme balcón al frente para correr eufóricos. Como diría Raquel, "más que un departamento con balcón es un balcón con casa", por su tamaño y trascendencia.

    Rosi, la más pequeña de los hermanos Vázquez Carbón, habló del compañerismo entre Valentín y Molina, y la importancia de este concepto, que etimológicamente significa "compartir el pan". Molina le compartía el pan y todo lo que le traía la mamá primero, y luego el comisario haciéndose pasar por la mamá. También lo limpiaba con su propia sábana cuando Valentín tenía diarrea, la diarrea que él mismo le provocaba en confabulación con el comisario. 

    Así lo recuerda Valentín, bajo los efectos de la morfina recibida para aliviar el dolor de la tortura:

    "(...) y la mujer-araña me señaló con el dedo un camino en la selva, y ahora no sé por dónde empezar a comer tantas cosas que me encontré, "¿son muy sabrosas?", sí, una pata de pollo al espiedo, galletitas con pedazos grandes de queso fresco y rodajas arrolladas de jamón cocido, y un pedazo tan rico de fruta abrillantada, de zapallo, y con una cuchara al final me como todo el dulce de leche que quiero, sin miedo de que se termine porque hay mucho...".

    A todos los reunidos en el depto de Raquel, el autor, Manuel Puig, nos pareció un adelantado para la época que vivió. Nachito hizo un recorrido por su historia: nació en 1932 en General Villegas, un pueblo chico en la Pampa Seca, donde era dificilísimo que crezca una planta, salvo que se ponga mucho empeño en el riego. De niño le gustaba mucho ir al cine con su mamá, que era profesional, química, y trabajaba en el hospital del pueblo. Varias veces en la semana asistía al cine y quedó encandilado desde niño con las actrices hollywoodenses de aquel tiempo, tales como Greta Garbo, Marlene Dietrich, Marilyn Monroe y Gina Lollobrigida, entre otras. Casualmente las mismas que le gustaban a Molina.

    De las argentinas elegía a Mecha Ortiz, quien aparece en la foto de arriba.

    Manuel se la pasó viajando por el mundo -Buenos Aires, Italia, Nueva York- y sabía muchos idiomas. Deseaba dedicarse al cine, hasta que se dio cuenta que no era bueno y que además implicaba mucho esfuerzo. Así que se volcó a la escritura, aunque sus novelas nunca dejaron de ser cinematográficas. 

    Volviendo a la novela que nos convocó, en "El beso de la mujer araña" hay un cuestionamiento claro de los roles de género, como se entrevé en el siguiente diálogo:

    "-Molina, hay una cosa que me gustaría preguntarte.

    -¿Cuál?

    -Es complicada. Bueno... es esto: vos físicamente sos tan hombre como yo...

    -Uhm...

    -Sí, no tenés ningún tipo de inferioridad. ¿Por qué entonces, no se te ocurre ser... actuar como hombre? No te digo con mujeres, si no te atraen. Pero con otro hombre.

    -No, no me va...

    -¿Por qué?

    -Porque no.

    -Eso es lo que no entiendo bien... Todos los homosexuales no son así.

    -Sí, hay de todo. Pero yo no, yo... no gozo más que así.

    -Mirá, yo no entiendo nada de esto, pero quiero explicarte algo, aunque sea a los tropezones, no sé...

    -Te escucho.

    -Quiero decirte que no tenés que pagar con algo, con favores, pedir perdón, porque te guste eso. No te tenés que... someter.

    -Pero si un hombre... es mi marido, él tiene que mandar, para que se sienta bien. Eso es lo natural, porque él entonces... es el hombre de la casa.

    -No, el hombre de la casa y la mujer de la casa tienen que estar a la par. Sino, eso es una explotación.

    -Entonces no tiene gracia.

    -¿Qué?

    -Bueno, esto es muy íntimo, pero ya que querés saber... La gracia está en que cuando un hombre te abraza... le tengas un poco de miedo.

    -No, eso está mal. Quién te habrá puesto esa idea en la cabeza, está muy mal eso.

    -Pero yo lo siento así.

    -Vos no lo sentís así, te hicieron el cuento del tío los que te llenaron la cabeza con esas macanas. Para ser mujer no hay que ser... qué se yo... mártir. Mirá... si no fuera porque debe doler mucho te pediría que me lo hicieras vos a mí, para demostrarte que eso, ser macho, no da derecho a nada".

    A Manuel Puig le interesaba particularmente el tema del "género" y las relaciones de poder que se tejen por el simple hecho de haber nacido varón o mujer. Le parecía injusto que su madre, que era química como se dijo anteriormente y trabajaba en el hospital regional, debiera ocuparse también y en soledad de las tareas de la casa y la crianza de él y su hermano menor.

    Por otra parte, la discusión que se da en las notas al pie, citando pensadores, científicos, filósofos y otras "voces autorizadas", y que acompaña a la historia principal, trata acerca del origen de la homosexualidad, pero también sobre el por qué y para qué de la represión psíquica. Cuestiona la necesidad de reprimir deseos para adaptarse a una sociedad que es injusta, cínica y discriminatoria.

    "En cuanto a la homosexualidad misma, Marcuse señala que la función social del homosexual es análoga a la del filósofo crítico, ya que su sola presencia resulta un señalador constante de la parte reprimida de la sociedad.

    Sobre la represión de la perversidad polimorfa en Occidente, Dennis Altman, en su libro ya citado, dice que los dos componentes principales de dicha represión son por un lado la eliminación de lo erótico de todas las actividades humanas que no sean definidamente sexuales, y por otro lado la negación de la inherente bisexualidad del ser humano: la sociedad asume sin detenerse en reflexión alguna, que la heterosexualidad es la sexualidad normal". 

    Se puso en tela de juicio la teoría freudiana para explicar la homosexualidad, simplificada en un cortocircuito en la identificación del sujeto con el progenitor de sexo opuesto: la mamá en el caso de los niños y el papá en el de las niñas, en el momento de la resolución del complejo de Edipo entre los 3 y 5 años de edad. 

    Al respecto, Rosi defendió a su maestro. Sostuvo que "Freud plantea que la identificación reemplaza la elección de objeto, quiere decir que el yo, toma sobre sí las propiedades del objeto (un rasgo del objeto) con lo cual la identificación nunca es absoluta, sino más bien parcial.

    No se trata de buscarle el origen a la homosexualidad -continúa la psicoperonista de Munro, apoyada por Jason- sino de pensar que siempre como sujetos nos constituimos en relación a las identificaciones. El foco está puesto más allá del ´cuento del imaginario colectivo´, busco en mis parejas una mamá o un papá, sino más bien, a qué identificaciones, un sujeto está alienado.

    Termina diciendo que hay un esfuerzo arduo en Puig por tratar de explicar algo del origen de la homosexualidad, y Freud va más allá de eso en su obra, en este caso escrita en el año 1921. Para que no digan que Freud no fue un pionero y evitar que se lo trate de viejo retrógrado". 

    Alrededor de la mesa ratona fluía la conversación y también la digestión de los manjares caseros y de panadería. Cada uno de nosotros, adultos, con la sexualidad asumida, nos preguntábamos acerca de la represión en estos términos: ¿quién va a reprimir más, la derecha peronista representada por Massa o el fascismo apenas camuflado en falso republicanismo de un Larreta o una Patricia Bullrich?

    La respuesta es que "no hay salida", y que la única certeza que tenemos es que seguiremos siendo pobres, porque todos los caminos conducen al neocolonialismo encabezado por el FMI. Pobres pero felices, porque no hay nada más revolucionario que la felicidad, y porque siempre tendremos el refugio de la lectura, y en este caso de la lectura compartida con amigues. 

    En fin, tal vez sea momento de leer y juntarse más y de volver al "perverso polimorfo" que alguna vez fuimos, en épocas venideras de tanta represión y decadencia.





El Dani