Mer no puso solamente la casa, sino también el peceto, magistralmente preparado, su especialidad. Pepa se esmeró con la picada y Guille colaboró yendo y viniendo con compoteras, vasos y botellas. El resto, 4 varones vagos y patriarcales, no movieron un dedo, pero sí masticaron y bebieron de lo lindo. Me refiero al catedrático Pol, el pacífico Fer, el anarco - sensible de Villa Raffo Nacho y quien escribe Dani Bon Jovi. La freudiana Analía tuvo un lapsus y llegó tarde.
Lo primero que se dijo de "Nunca corrí siempre cobré", esta serie de cuentos autobiográficos, es que el autor hace referencia a series de televisión y películas con frecuencia. La televisión cumple un rol importante en barrios inseguros, mal que les pese a los puristas de las letras, porque no se puede salir a la calle cuando se va el sol.
También nombra canciones y músicos, todos anglo parlantes. Analía comenta: "aunque el padre es tucumano y la madre paraguaya, él está atravesado por la música y el cine de Estados Unidos". Tal vez se relacione con que en los años 90, época neoliberal del caudillo riojano, se miraba hacia fuera, hacia el extranjero, y se valoraba poco lo producido en el país.
Lo divertido es que asocia el "western", el Lejano Oeste estadounidense cinematográfico, con nuestro oeste de la provincia de Buenos Aires, La Matanza, no menos peligroso y con sus pistoleros autóctonos. No es casualidad que el boliche más conocido de Isidro Casanova se llame Jesse James, nombre de un forajido yanqui, miembro de una banda de malechores, con fama de Robin Hood. El Yesi, como le dicen en el barrio.
En la misma línea de análisis, Pol acotó:"la cultura que uno absorbe desde niño, no proviene solamente del núcleo familiar y de la escuela, sino también de la televisión". Leo Oyola recuerda instantes de su vida, conectándolos con series de TV y canciones.
El vínculo con la "caja boba" va más allá opina Pol: "¿quién no se enamoró de la mujer maravilla? ¿O se calentó con la Deborah del Corral televisiva del Rayo?" El autor llama Lisa Hayes de Los Pinos a la joven con la cual se engancha.
Otro tema que surge del libro es el de "género". ¿Se puede ser de Isidro Casanova y escuchar Bon Jovi?
"No, el forajido no te hacés. Forajido se nace. Y vos sos del barrio Los Pinos. Sos criado en La Matanza. En el oeste. Hincha de Brown y habitué del Yesi. Sos de los que patearon rocanrol en el Jesse James. Vos sos forajido. Vos sos de Casanova, carajo.
Y te gusta Bon Jovi, puto".
Estar viajando en el tren y que suene un rington romántico, pone en riesgo tu vida. Porque la masculinidad pasa por ser recio, insensible y bancar la parada. Dicho de otra forma, macho es el que "no corre", se queda a pelear aunque pierda, aunque se ligue flor de paliza y termine en el hospital. Por eso se usaban botas tejanas: "porque aquel que se las calza no corre: se para, hace frente".
Uno de los cuentos que más gustó, fue "Casi sábado por la noche". La frase que hace avanzar este relato es: "Pero qué hijo de puta es tu abuelo". Se repite como un estribillo a lo largo del mismo proveniente de diferentes interlocutores. El narrador, nieto de don Ubil, se propone descubrir porqué hablan así de su abuelo.
También fue destacado "La más linda del baile", el cuento del Kurepíguayo:
" La canción termina.
Galante le besa a ella la mano izquierda.
Y recién entonces... Le ve el anillo de oro.
La alianza. En el dedo que debe estar.
La reputa madre que los reparió a todos".
Fer nos aclara: "en Paraguay nos dicen (a los argentinos) kurepas, porque en la guerra de la Triple Alianza, los soldados argentinos utilizaban botas y tapados de piel de chancho (kurepa en guaraní).
Todos los presentes coincidimos en que este escritor sobresale por sus finales:
"Decime que... Si con ella tienen la posibilidad de volverse a ver alguna vez... Ya sea en el Paraíso que se nos prometió o vaya a saber dónde... Decime si no le vas a sonreir como Travolta en el final del video de esa canción. Con esa misma cara y todo. Y eso que no tenés el comedor completo. Decime si no la vas a volver a sacar a bailar cualquier canción.
Porque sabés muy bien que esta noche, por más nubes que haya, hay una estrella que es la que más brilla.
Y que falta una copa en la mesa.
Y que sobra un alma en el cielo".
Llegó el momento del café, la pastafrola, y los bombones griegos. ¡Flor de velada! Luego la vuelta con la panza llena. Cada uno a su lugar lejano, a su far west.
"... el far west para vos siempre va a ser la ele que forma el camino que recorrías una y otra vez de Casanova a Morón. Y de ahí, y en el Sarmiento, todas las estaciones hasta Moreno. En cada una de esas ciudades, en cada uno de esos pueblos del Oeste, tenés por lo menos una anécdota. Sí, sí. No te hagas el otro. Porque cuando evocás, a la hora de escribir, tus historias siempre fueron gestadas allá. Así no recuerdes bien la noche o siesta en la que empezó el coqueteo con lo que vas a contar. Así te hayas olvidado la verdadera razón por la que arrancó el tiroteo".
Kelo