Largó el 2019 en Santa María, una pizzería de antaño con reconocida fama, en el funebrero barrio de Chacarita. Los 7 locos fueron llevados hacia allí por la tenebrosa y burguesa Samanta (Schweblin) y su "Distancia de rescate".
Los 7 locos formaron con: Nacho en el arco; línea de 4, Pepa, Guille, Analía y Alicia; en la mitad de cancha 2 feministas, Tati y Rosi de doble 5, Fer por la derecha y José -la nueva incorporación- por la izquierda; en la delantera los mellizos Pol y Dani y el goleador del sindicato Timo. Es decir, jugamos con 12. El equipo no contó con dos de sus figuras: la croata Coslovich Ana María y Mer...
En la pizzería no se podía dialogar por el bullicio -nota mental: ¡mal elegido el lugar!- y encima la mesa larga no ayuda. Así que decidimos dejar la discusión del libro para el cementerio, seguramente allí nadie nos iba a molestar. Guille corazón de melón regaló a cada uno de los presentes "A barlovento", su libro de poemas, que será puesto sobre el tapete en abril.
Ya en el cementerio nos sentamos en ronda. El cielo estaba gris, parecía que iba a llover. Nosotros teníamos pinta de secta satánica a punto de suicidarnos en conjunto. A Pol se le reflejaba el miedo en sus facciones. Trató de disimularlo con frases lindas bien construidas de filósofo.
El primero en hablar fue Dani -me gusta referirme a mí mismo en 3ra persona, como si fuera el Diego o Chilavert-. Comparó a Samanta con el Muñeco Gallardo: la primera está un poquín sobrevalorada por los Señores de las Letras y el muñeco sobrevalorado a su vez, pero por el periodismo deportivo. El pediatra destacó el concepto de "distancia de rescate", que todos los padres y madres utilizan. Dice Amanda: "(...) así llamo a esa distancia variable que me separa de mi hija y me paso la mitad del día calculándola, aunque siempre arriesgo más de lo que debería". Y la describe como "el hilo invisible que las une". ¿Una especie de cordón umbilical?
Pol aterrado reaccionó ante el significado de la distancia de rescate: "Atar al hijo también implica que se ata el papá y la mamá".
Lo sorprendente es cómo Samanta escritora, logra meterse en la mente de una madre -en este caso Amanda- y describir tan minuciosamente esa angustia desbordante que la envuelve ante la posibilidad de que a su hija le pase algo malo.
El hilo sisal de la conversa derivó hacia el controvertido tema de la paternidad / maternidad. ¿Qué es ser un buen padre / madre? ¡Las freudianas abstenerse! ¿Lo importante es el tiempo con los hijos, la calidad de ese tiempo o ambas?
Pol se refirió al Che Guevara como un mal padre, porque tuvo 5 hijos que descuidó por hacer la revolución. Timo en cambio opinó que el Che fue un mal revolucionario. El resto salimos a defenderlo al rosarino. ¡Te jugás la vida por una causa justa y mirá cómo terminan hablando de vos!
Otro de los puntos que se tocaron fue el de los "agrotóxicos". Cómo las multinacionales (Monsanto) envenenan pueblos enteros y los gobiernos de turno no se enteran, o hacen "como que" no sabían.
El pueblo que se describe en la novela, sojero, agreste, sin hospitales cerca, tenía un grupo numeroso de niños -entre los que estaba David- con deformidades, que solamente salían de noche y luego volvían a la salita.
Tati, que está enamorada de Sarmiento -a esta altura dicha afirmación es indiscutible- habló de la dicotomía campo / ciudad: en el campo sigue estando para algunos en pleno siglo XXI lo oscuro, tóxico, atrasado, bárbaro.
Pol en honor a su madre, la bolchevique Ani, argumentó, en esta discusión acerca de los agrotóxicos, que lo ecológico es anti - capitalista, porque implica producir menos -ya que los bichos te comen un poco la cosecha sin insecticidas-, consumir menos y estar más en sintonía con lo que la naturaleza te ofrece. ¡Polcito hippie!
¿Y el lugar de la medicina en la novela? La medicina aparentemente no llega a ese pueblo donde vive Carla con su hijo David y veranean Amanda con Nina. Falla lo que nombramos como "accesibilidad" al sistema de salud.
Ante el envenenamiento de David, Carla recurre a la casa verde, donde está la curandera del pueblo, quien lleva a cabo la "transmigración" del alma de David, para que no muera. David no vuelve a ser el mismo y esto Carla lo nota desde el primer momento.
Ante la desesperación, los seres humanos recurrimos adonde podemos. Se habló de la creciente influencia de los evangelistas en la Argentina y el mundo y cómo está avanzando esta religión. Se nombró el enorme templo sobre la avenida Corrientes y Medrano, custodiado por una cantidad inusitada de patovas trajeados.
Pol esta vez fue claro: "estamos viviendo una vida de mierda, por eso cada vez más la gente recurre a la iglesia evangélica". Para "parar de sufrir".
Las protagonistas de la novela son mujeres y madres. Los padres están ausentes. Aparecen recién sobre el final. La curandera del pueblo también es mujer. Es una novela femenina.
También se desprende de la novela la ausencia de una autoridad, del Estado. Algo tan actual, que se vive en el país desde que asumió Mauricio. Como no hay Estado, el pueblo de la novela está a merced de una multinacional símil Monsanto, que le da trabajo a los habitantes pero a su vez envenena a sus hijos. Y cuando las madres desesperadas buscan atención médica, la ausencia del Estado se evidencia a través de la ausencia de hospitales.
A eso de las 5 y media de la tarde, emprendimos la retirada. Ya estaban cerrando las puertas del cementerio y no nos queríamos quedar adentro. Tati y Guille se pusieron a hablar en inglés con unos gringos y les regalaron libros. Rosi y Pepa se habían ido antes por misteriosas razones.
Sentí el hilo que se tensaba en mi estómago... Era la hora de regresar.