Zona norte de la provincia de Buenos Aires, apenas cruzando general Paz. Barrio de casas bajas, Florida. Un sol radiante de primavera.
Bajamos del ilegal uber y tocamos el timbre de una casa antigua, de principios de siglo, de cuando Arlt escribía sus aguafuertes porteñas. Guille nos abrió sonriente. La gatita atigrada de 14 años dormía su sieta en pleno mediodía en un cómodo sillón. Nosotros nos dirigimos al fondo y fuimos interceptados por Pepa, la primera en llegar.
Un patio verde rodeado de árboles fue el escenario de nuestra charla. Los pajaritos iban y venían. Ana María intentaba adivinar si eran colibríes o benteveos. Por fin llegaron Mer y Analía con el peceto chorreando salsa. Empezaba el debate.
Guille fue lapidaria: "hay errores de tiempos verbales, gramaticales y sintácticos". Pepa apoyó la moción y agregó que los cuentos no le llamaron la atención. Ana María comparó a Luciano (Lamberti) con José Luis (Borges): "no le llega ni a los tobillos al viejo recalcitrante".
Salimos los defensores de "La casa de los eucaliptos" a bancar la parada alegando que son historias que atrapan al lector y abordan temas escabrosos tales como: las familias disfuncionales, los mandatos, la moral, el bien y el mal, la violencia de género... Nacho los enumeró.
A continuación fuimos cuento por cuento. Empezamos por el que le da el nombre al libro, "La casa de los eucaliptos". Nos preguntamos cómo puede ser que este profesor de secundaria, padre de familia, buen tipo, querido por todos, atlético, que parecía feliz con su vida, de repente empiece a ser visitado por "La Visita", valga la redundancia, y ceda a su influjo. Ana María explica que uno de los problemas del ser humano es el "aburrimiento".
Existen muchas personas que aparentan tener vidas ideales y están aburridos. El aburrimiento conduce al pensamiento y éste a la duda existencial. El capitalismo es muy efectivo en ese sentido, no le deja tiempo al ser humano para pensar y angustiarse. Gasta sus horas en sobrevivir.
"Los chicos de la noche" fue muy discutido también. Los peligros de la adolescencia. Los cambios puberales que irrumpen primero en el cuerpo y luego en la psiquis. El lugar de los pares y el de los padres. Ana María, que estuvo muy participativa, dijo que en definitiva, no importa la edad, uno elige qué camino tomar. A mi personalmente no me gustó el cuento porque demoniza al grupo de pares, a la noche, al parque, lugares adonde muchos adolescentes recurren escapando del infierno familiar.
Con "Carolina baila" se discutió acerca de la "trascendencia". ¿Cómo trasciende el ser humano? A través de los hijos fue una respuesta. Pepa exclamó que no necesariamente tienen que ser los hijos, uno sigue viviendo en el recuerdo de los afectos en general. Carolina había quedado para siempre en la mente de Áxel y el que narra la historia, dos de sus tantos amantes.
El difícil tema de la muerte aparece en casi todos los cuentos. Nacho añora tener una religión, una teoría que explique para qué estamos en este mundo, por qué morimos y qué pasa cuando morimos. Guille se declara atea pero se maravilla con los milagros de la naturaleza. ¡Hasta la insignificante hormiga le resulta milagrosa!
Hablamos sobre muerte digna, eutanasia y previamente sobre suicidio a colación del cuento "Eddie".
Nos preguntamos de quién se apoderó el diablo en "Acapulco". Porque finalmente el Corneta estaba libre de culpa y cargo... ¡pobrecito, tremenda paliza recibió! A la conclusión que llegamos es que cualquiera de nosotros puede ser instrumento del demonio.
"El tío Gabriel" nos pareció un cuento simpático pero medio soso. Nos hizo pensar que hay varios muertos en vida y varios vivos después de muertos.
Para esta altura, ya había aparecido Ali con alfajores helados para amenizar las temáticas que estábamos tratando. El sol estaba más tenue y la gata había bajado de los techos. Ana María exclamó como corolario: "las únicas certezas que tenemos son que nacemos y morimos, y en el medio tenemos un tiempito para hacer lo que nos de la gana".
Parte de este tiempito lo invertimos hoy en esta maravillosa tarde de charla y vino, literatura y amigos en Florida. De esta manera sí que adquiere sentido la tan nombrada "existencia". ¡Hasta el año que viene 7 Locos!