Este
domingo, 5 de agosto, nos convocaba no sólo a disfrutar de la literatura sino
también –y en orden de importancia no sé cuál tenía prioridad- a festejar un
acontecimiento muy significativo: la
celebración del cumpleaños de nuestra amiga, Tati, una profe de literatura
increíble, y una muy versada lectora de nuestros escritores. (Echando mano a su
ascendencia germana, aconseja muy seriamente: “Si no leíste el libro que vas a
proponer, ¡abstente de ello!”.) Muy puntualmente nos fue abriendo las puertas
de su departamento, en Villa Pueyrredón, barrio hermoso y tranquilo, lleno de
luz y verde, para deleitarnos con muchas cosas ricas, bebidas espirituosas, y
otras más inocentes, dulces varios… pero, sobre todo, contagiándonos de una
energía increíblemente positiva, envidiable en los tiempos que corren.
Poco
a poco fueron arribando quienes compartiríamos ese mediodía único. Ani, Pol,
Nacho (y una sorpresa que anunciaré al cierre), Guille, Dany, Fernando, Mercedes,
Analía, Alicia -que llegó radiante, a pesar de que no atendimos su pedido de
auxilio desde Urquiza, perdida en las calles y en el recuerdo de una vida
anterior- y, por último, esta cronista. Para cerrar la concurrencia al grupo me
reservo a Valentina, hija de Nacho (y mi nieta), que desde sus asombrados cinco
años nos observaba con su conocida seriedad y que, más allá de la sorpresa,
afirmaba en secreto para sí misma: “Qué locos son estos diez locos, que dicen
ser siete…”.
Al
poco rato ya habíamos ocupado asientos alrededor de la festiva mesa y, tal como
los amigos que hace mucho que no se ven, dimos rienda suelta a la lengua, a la
risa, a los comentarios diversos, a las bromas, a los chismes, antes de entrar
de lleno en Facundo, civilización y
barbarie, obra elegida para la ocasión, de la que habíamos cambiado
opiniones e ideas en el encuentro anterior. Sin embargo, para esta segunda
parte, ¡otro habría de ser el clima!
Creo
no exagerar si vi sobrevolar el espíritu de Sarmiento en la reunión. A
semejante grado de apasionamiento llegamos. ¡Otra que unitarios y federales!
Pasaron sobre nuestras cabezas nombres como Joseph Stalin, Mao Tse Tung,
Vladimir Lenin, Fidel Castro, Evo Morales, Juan Domingo Perón… “Y se armó la
discusión…”, ¡pero no por culpa de una pollera…!
La
cosa era qué significaba para nosotros el modelo social, educativo, económico,
cultural, que don Domingo quería para las Provincias Unidas y qué jugaba de sí
mismo en esa elección.
Ani
abrió el juego con una serie de artículos sobre Rosas, Urquiza, Quiroga y
Sarmiento, todos muy interesantes y eclécticos. En el instante menos pensado
puso sobre la mesa los influjos que el horóscopo chino tiene sobre nosotros, ¡pobres
víctimas de semejantes animalitos! Si mal no recuerdo, a Rosas le tocó en
suerte el Buey, a Urquiza, el Gallo, a Quiroga, el Mono, y a nuestro autor, la
Cabra. Pido disculpas si me equivoco; no sé nada de horóscopos, ni chinos ni de
otras creencias.
Después
de que Ani nos hubiera explicado las principales características de unos y de otros,
el grupo se puso a debatir sobre aspectos históricos de la figura de Rosas y de
Sarmiento, quienes parecían antagónicos en la elección del modelo de lo nacional y lo europeo. Y acá se armó un debate más que interesante… ¿Qué nos
enseñaron desde la historia oficial sobre uno y otro? Y lo más llamativo, ¿qué nos ocultaron? ¿Por
qué no hay más investigación histórica sobre nuestros antepasados, o por lo
menos no la conocemos? Acabamos casi siempre en los clichés: el primero un
tirano sangriento y el segundo el irreprochable Maestro…
Mientras
continuábamos pensando en voz alta, el calor de las pasiones –acompañado por el
que nos transmitió el vino- se puso sobre la mesa, y gritos destemplados nos
tapaban las ideas: se escuchó que había una línea histórica que afirmaban que
lo nacional estaba en las cabezas de “San Martín, Rosas, Perón”… ¡Para qué! Ani
afirmó con contundencia que a San Martín lo quería, pero a los otros dos…
Mete
baza Guille aseverando que también se hablaba sobre la cobardía de Perón -más
conocido por los medios como El Tirano Prófugo-, huyendo en la cañonera paraguaya,
luego de haber robado las reservas en oro del Banco Central, y de haber
cometido innumerables estupros en la Quinta de Olivos con las chicas de la UES,
amén de tantas otras atrocidades que se le adjudicaron.
Pero
acá se produjo una situación desopilante, porque mientras que Guille utilizaba
el recurso de la ironía para develar tanta mentira mediática –nada ha
cambiado-, Ani creía que la estaba apoyando en su crítica sobre Perón… En la cara
de Guille no había espacio para el asombro. Pero eso no fue todo, ya que Pol,
sentado en el medio de una y otra, pedía a gritos, ¡cambio de lugar! En esa
circunstancia se hizo palpable ¡nuestra falta de solidaridad con nuestro
insigne filósofo!
Con
la intención de calmar los ánimos fuimos ladeando semejante enfrentamiento para
pasar a rescatar ciertas intenciones de Sarmiento, que ponía el acento en la
educación para los habitantes de este suelo, pero tomando como modelo Francia e
Inglaterra, fundamentalmente. Buscábamos afanosamente en el libro citas del Facundo para abonar nuestras
afirmaciones, pero estábamos enfervorizados y nos costaba hallarlas.
No
recuerdo bien cómo ni en qué momento otros temas no menos áridos aparecieron en
la charla: el papel invisibilizado que la mujer desempeñó en nuestra historia…
y de ahí pasamos a la cuestión de la interrupción voluntario del embarazo,
temita si los hay, y hasta la cuestión de la infidelidad. Argumentos para un
lado y para el otro, que si hay o no que llegar a un acuerdo con el o la
compañera… en fin. Dany sentenció que él estaba a favor de la monogamia, otros,
no tanto. (No delataré a ninguno de nuestros compañeros. No soy buchona.) Por fortuna,
quienes allí estábamos podemos hablar sobre nosotras con sinceridad y libertad.
Tati,
entre idas y vueltas a la cocina para seguir reponiendo cosas ricas, agrega una
opinión muy esclarecedora sobre cómo este gobierno intenta tapar este asunto
con artilugios falsos como la aparición de los famosos “cuadernos”. Sin
embargo, me parece que en general estamos convencidos de que no saldrá la ley
sobre la despenalización que está en el Senado. (Escribo esta crónica hoy
martes 8 de agosto por la mañana…).
Con mucha convicción y desde el lugar del que sabe de lo que habla, Pol adjudicó gran culpa de las posiciones retrógradas de nuestros representantes y de las opiniones que se escuchan, a las religiones monoteístas, entre las cuales el judeo - cristianismo tiene un peso importantísimo. Pidió disculpas por si alguno se sentía ofendido, pero en mi opinión, creo que lo acompaña tanto análisis y estudio detrás de estas afirmaciones, como una falta de hipocresía que sobrevuela en nuestras reprimidas y represoras sociedades.
Con
los dulces llegó el café y la partida de Ali, que fue traccionada por
compromisos familiares varios, no sin antes abogar a favor de Pato y Naty, a
quienes otro compromiso militante los había convocado, pero con consecuencias
en el grupo… se escucharon algunos cuestionamientos como “¿No somos nosotros
más importantes?”.
A
continuación, se habló de la próxima visita de Wagner, que es esperado con
mucha alegría por quienes lo conocen y con mucha curiosidad por quienes no lo
conocemos en persona, aunque seguimos sus pasos a través de WhatsApp que cruza
la frontera para acercarnos. Ya nos estamos preparando para recibirlo como se
merece.
En
ese momento, Mercedes nos habló de la posibilidad de ir a su casa de campo que
está situada (¡Oh, misteriosos designios!) en… Mercedes. Nos mostró algunas
fotos bellísimas, por cierto, y vimos caballos, ¡caballos de verdad!, cosa que
para los citadinos no es común. En ese momento recordamos al mejor jinete de la
campaña, Don Rosas, al decir de Sarmiento. Después de pensar un rato en la conveniencia de ir o no para el próximo
encuentro, decidimos dejarlo para más adelante, quizá noviembre, ya que incluso
Mercedes, acompañada por Analía, insistía en la posibilidad de quedarnos a
dormir. ¿Se imaginan una noche espléndida en un lugar tan bello como el que
surgía de las fotos? De lo que no voy a dejar constancia es de la invitación de
algún miembro del grupo, que insistió en que compartamos cierta “hierba”
desconocida -por lo menos por alguna que otra integrante del grupo-, y según él
muy benéfica…
Como
Tati presentaba una carita de cansancio que daba “cosita” (pero aclaró que no
se debía a nosotros, sino que se había acostado a las 4 de la madrugada
compartiendo festejo con amigos), y en virtud de otros compromisos nuestros,
decidimos elegir libro para el próximo encuentro: por votación democrática la
mayoría eligió Las aventuras de la China
Iron, cuya autora es Gabriela Cabezón Cámara.
Algo
que llamó la atención fue la insistencia de Tati en pasar antes por el baño. No
entendía bien de qué venía el asunto, hasta que nos aclaró que nos íbamos a
encontrar con consignas. Dicen que la curiosidad nos puede, y efectivamente
acudí rápidamente a “ese lugar sagrado” y… ¡qué ingeniosa esta profe! (Aclaro
que tuve excelentes profesoras y profesores, pero ninguno nos condujo por el
camino del humor, que tanto puede y tanto cura.) Nos puso papelitos, con
lapicera y cinta adhesiva, para pegar en la pared del baño opiniones, mensajes,
buenas ondas, recuerdos literarios, dibujos… en fin lo que quisiéramos.
Gracias,
Tati, por todo… ¡¡¡y además nos sacó fotos!!!!!
Cierre del encuentro. En mi opinión muy fructífero, hermoso,
divertido, rico en opiniones y afectos. Siempre salgo de los encuentros
queriéndolos más a cada uno de ustedes. Y sé que soy una abuela embobada, pero
creo que el comportamiento de Valen ¡se merece un enoooooorme aplauso!
Pepa